¡Cuidado! El aceite para freír puede ser tóxico si lo usas así
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En un principio, parece que freír los alimentos es algo muy sencillo, pero hay algunas cosas que debes conocer por el bien de tu salud. Si eres de los que reutiliza el aceite, este termina degradándose por las altas temperaturas y, además, absorbe los olores y sabores de los alimentos que se fríen. Con el paso del tiempo, es normal que se oscurezca e incluso que aparezca espuma. ¡Cuidado! Una vez llegado a este punto, el aceite para freír puede ser tóxico para la salud.
Por encima de los 170 grados, el aceite, tanto el de oliva como el de cualquier otro origen, comienza a liberar compuestos tóxicos derivados de su oxidación que pueden causar problemas de salud. Además, si reutilizas el aceite una vez que empieza a quemarse, la liberación de estos compuestos se produce antes.
También surgen una serie de sustancias tóxicas por la propia fritura, que se forma de manera completamente natural cuando se somete a altas temperaturas el almidón, por ejemplo al freír unas patatas. Es muy normal que estos productos se vayan quedando en el aceite y con los distintos usos se corrompan cada vez más.
La mayoría de los expertos coinciden en que hay que cambiar de aceite cada tres frituras. Ahora bien, la Agencia Española de Salud Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda darle solo un uso. Es decir, cambiar el aceite de la sartén después de una única fritura.
Por su parte, el Instituto de la Grasa, adscrito al Centro Superior de Investigaciones Científicas, indica que los aceites refinados aguantan mejor que el de oliva porque se les ha eliminado parte de los ácidos grasos.
¿Cómo alargar la vida útil del aceite?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado sus propios análisis, y asegura que es posible utilizar hasta 25 veces el aceite de freír sin que sea tóxico. Pero para ello es indispensable conocer una serie de recomendaciones que permiten alargar su vida útil.
Cuando se almacena el aceite para utilizarlo más adelante, hay que guardarlo en un lugar alejado de cualquier fuente de luz y de calor. De lo contrario, la oxidación hará que se ponga rancio. Por supuesto, el recipiente debe estar tapado para evitar el contacto con el oxígeno.
A la hora de freír los alimentos, nunca hay que calentar el aceite por encima de los 170 grados. Si empieza a humear, es un claro indicativo de que se ha superado esta temperatura y, en consecuencia, tiene que ser remplazado de inmediato.